La siesta, una vieja costumbre española, está siendo motivo de investigación científica por sus posibles beneficios para la salud. ¡Sí, esa costumbre de echarse un sueñecito podría ser el truco para mantener a tope nuestro cerebro!
Un grupo de investigadores del University College de Londres (Reino Unido) y de la Universidad de la República de Uruguay se juntaron para investigar esto a fondo. Y bingo, descubrieron que las personas predispuestas genéticamente a dormir siestas regularmente tenían de media un mayor volumen total del cerebro, lo que implica una mejor salud cognitiva. Es decir, más cerebro, más salud mental. Así de simple.
Las diferencias entre quienes duermen siesta y no
Se pusieron a investigar a lo grande, analizando ADN, resonancias magnéticas y test de memoria de un conjunto de casi 380.000 personas. Buscaban esas partes mágicas de nuestro ADN que deciden si eres siestero o no. Y sí, encontraron 97 “zonas VIP” genéticas relacionadas con la siesta. Luego, hicieron la gran comparación: aquellos genéticamente predispuestos a la siesta versus los que no lo estaban.
La diferencia que encontraron en el tamaño del cerebro entre estos dos grupos fue de unos 15,8 centímetros cúbicos, tal y como informa Salud. Eso es igual a rejuvenecer entre 2,6 y 6,5 años. Y ojo, no hubo gran diferencia en otros aspectos cerebrales como el hipocampo, el tiempo de reacción o el procesamiento visual. Solo el tamaño del cerebro nos dejó con la boca abierta.
En definitiva, los investigadores concluyen que una siesta por la tarde puede ser el truco para mantener en forma tu cerebro, especialmente si has acumulado unas cuantas primaveras. ¡La siesta no solo es cosa de abuelos, es pura salud cerebral!
Recuerda que no es necesario que extiendas la siesta durante horas. Los expertos apuntan que dormir entre 20 y 30 minutos después de comer, es más que suficiente para ayudar a resetear tu cerebro.
Así que, ¿listo para dormir la siesta y hacer crecer tu cerebro?