Para muchxs, Pornhub es tan solo la web más famosa de la industria del porno. Pero lo que ha pasado con esta gran empresa canadiense que viene facturando millones de dólares en los últimos años es digno de estudio y bien vale un documental como ‘Hasta el fondo’, recientemente estrenado en Netflix.
Para empezar, no es muy conocido que Pornhub pertenece a Mindgeek, una gran empresa de porno canadiense que tiene también otras webs como Redtube, la productora Brazzers y también un modelo de membresía para suscribirse a actores y actrices porno llamado Modelhub.
Contenidos sobre menores: parte del problema
Algunos de los actores y actrices que viven sobre todo de Modelhub aparecen en el documental defendiendo a Pornhub y, sobre todo, al funcionamiento de una industria, la del porno, siempre en entredicho. Hay una ex trabajadora que se muestra muy crítica, pero con matices.
Pero más allá de los dilemas morales que pueda causar la industria en sí, el documental (y la realidad) se pone turbia cuando se da a conocer que, durante mucho tiempo, Pornhub permitió, a sabiendas, que contenido que contenía violaciones y sexo de menores de edad estuviera sin consentimiento en la web. Lo hacía porque con ello ganaba dinero, ya que su principal fuente de ingresos proviene de la publicidad que genera un altísimo nivel de tráfico que pone a Pornhub en el número 9 de las páginas más vistas de internet.
Una investigación del The New York Times reveló el drama de menores de edad que incluso pedían que un vídeo suyo fuera retirada de la web y tenían que esperar semanas a que se hiciera. Todo derivó en un gran escándalo con denuncias públicas en las redes que pedían el cierre de Pornhub, la declaración de los directivos en una comisión del Parlamento de Canadá y, durante un tiempo, la retirada de actores económicos como MasterCard o Visa de los medios de pago de la web ante la presión de los críticos.
La presión consiguió que Pornhub acabara prohibiendo subir contenido no verificado a su web (como pedían desde hacía tiempo algunxs artistas) y además borró gran parte de su contenido, millones de vídeos no autorizados que podían contener material de violaciones o abusos con los que ganaban dinero. El CEO de la empresa, Feras Antoon, vio cómo quemaban su casa y poco después dejó la empresa, y la reputación de Pornhub nunca acabó de repararse del todo.
Algunxs artistas creen que han salido perjudicadas por la exageración de las acusaciones y las nuevas regulaciones, según muestra el documental, aunque les cueste justificarlo cuando se habla de un enriquecimiento de Pornhub con la pederastia y las violaciones que fue algo absolutamente asqueroso. Aluden a que muchas plataformas también lo permiten.
Y eso que, durante un tiempo, Pornhub fue la cara simpática del porno, con estudios sobre que era lo que más buscaba la gente en cada estado norteamericano y en cada país que aparecían en los medios de comunicación convencionales, publicidad en la calle en medio de Nueva York y campañas publicitarias enfocadas al gran público y más allá de ese lado oculto de internet que es el porno.