Diciembre: El Horóscopo Navideño Que Suelta Realidades Como Polvorones

La navidades están para lo que están: ver las luces, disfrutar de los regalos, discutir en las comidas familiares, pasarte de copas e ibuprofenos y rodar literalmente en la cuesta de enero con tres kilos más de ropa para disimular los otros 3 de polvorones en tu cuerpo. Estas fiestas van a ser como cualquier otras, sí. A no ser que vengamos para arreglártelas...

Te encanta esta época. Reunirte en familia, el ambiente que se respira, las luces que centellean y meterte un cordero de 3 kilos entre pecho y espalda. Di que sí, que la Navidad está para disfrutarla. Por qué te crees que sólo dura un mes, si no es para tener los otros once de margen para bajarlo.

A la mierda las medias, los trajes regionales y los vestidos glittersuicidas de Nochevieja, tú este año a darlo todo con el FON FON FON-dón... Y que se atenga a las consecuencias quién te diga lo contrario.

Decoras la casa a una velocidad y a una magnitud por encima de la ley universal no escrita de los adornos navideños. Tu comedor parece la guarida de Papá Noel, pero uno un poco tocado y con indicio de síndrome de Diógenes. Ha llegado la hora de ponerle punto y final. Sigue atentamente estos pasos: vas a llegar a tu casa, le vas a echar una foto a todos y cada uno de los adornos, figuritas, calcetines y papá noeles trepadores, las vas a colgar en Wallapop y en cuanto veas que reúnes unos euros te vas a comprar el primer billete de avión que veas. Fuera, huye bien lejos de esa mansión del terror ¡Y celebra tu curación!

Eres el rey de los regalos boomerang. Qué bonita esta camisa, para mi hermana. Ay, este altavoz de música que llevaba tanto tiempo queriendo, para mi padre. Y estos pendientes para mi madre me van a sentar de maravilla. Echa el freno, se trata de escoger cosas para ellos. Este año cúrratelo y sorprende a todos. Lo sentimental nunca falla, busca algo que consiga sacar esa lagrimita emotiva y conseguirás darle la vuelta a tu reputación de fails navideños. Que ya canta.

Sí, ya sabemos que eres un hater de estas fechas, a ti esta época de amor y felicidad te la trae al roscón. Que no cunda el pánico. Ha llegado el boicot a la Navidad. Que la gente pone pinos, tú vas a llenar tu casa de palmeras y cocos; que se come chocolatito caliente más peli y manta... Fiestote del siglo con temática hawaiana tanta planta hay que amortizarla. ¿Pasas de arreglarte y vestirte como fueras a la gala de los Oscar?... No hay problema, este año la batamanta vuelve pegando fuerte.

Eres el rey de todos los cotarros. Si abrimos el diccionario por la N sale tu cara en primer plano, y justo debajo tu jersey de renos. Tu must-have de la temporada. Un maratón de solo en casa en VHS, castañas asadas y el hilo de villancicos de Frank Sinatra, y a tí no te sacan de casa en mes y medio. Esta muy bien que vivas esta época con tanta intensidad, pero intenta compaginarla con tu vida social. Seguro que encuentras a otras criaturitas navideñas con quién compartir tanta emoción.

Sí, estás solo, lo sabemos. Como la última Navidad, verano, San Valentín y los últimos tres avisos del fin del mundo. Qué mas da que no tengas una persona a la que besar al dar las doce el día 31. No necesitas absolutamente nadie. Empezar bien el año es estrenar algo que te siente como un guante, ponerte ciego a comida, beberte varias copas e inciertos chupitos, pegarte la farda del año y pasar la resaca mojando el churro. Allá cada uno como quiera aplicar esto último.

Basta. Ya vale de copiar y pegar felicitaciones navideñas, los chistecitos de año nuevo, los gif personalizados con tu cara que solo de verlos dan urticaria a todo individuo de tu lista de contactos. Házles un regalazo y dales un respiro. ¿Que ves que las orejas se te empiezan a poner rojas y  no puedes retener tu espíritu navideño?... A por todas. Déjate de gatitos con gorros de Papá Noel, las cosas o se hacen bien o no se hacen. Este año te vas a montar un hit navideño con una coreografía que ni Beyoncé poseída por el Applepen.

Dejar de fumar, apuntarme al gym, hablar más idiomas, comer menos comida basura, quitarme el Tinder, hacerme vegetariano y quejarme menos. Sí claro, y además tener la valentía de creértelo. Se acabó. Deja de engañarte con una lista de mil chorradas que no vas a cumplir. Por qué no pruebas con marcarte objetivos alcanzables. Si haces pequeños cambios en tu día a día es mucho más fácil ser constante. Prueba a fumar un cigarro menos, reservar las porquerías solo a los fines de semana, ir andando en vez de coger el coche hasta para comprar el pan, o échate un novio ruso para despedirte del Tinder y, además, hacerlo en inglés.

Navidad, otra vez. No te gusta reunirte para comer como si se acabara el mundo, la decoración, los dulces, ni siquiera las rebajas. Llevas mucho tiempo pensando en hacer algo diferente, marcharte a la otra punta del planeta, allá donde no exista el frío, la nieve y, por supuesto, la Navidad. Esta es tu oportunidad, no te lo pienses más. Bastante has soportado durante todo el año con lo que se te ha ido poniendo por el camino, te lo mereces. Cógete un vuelo al Caribe o a cualquier otra parte donde haga sol y tómate unos daiquiris a nuestra salud.

Si sumáramos todo el dinero que te has dejado en lotería a lo largo de tu vida, no te daba ni para un café con leche en el bar de abajo. Vale que tú no crees en la suerte, en el destino o en los niños de San Ildefonso... Pero anda, no seas rata y anímate a comprar un décimo este año. ¿Y lo bonito que sería leernos desde tu yate privado de camino a las Seychelles? Aunque desde el sofá con un roscón de kilo y 20 euros menos en el bolsillo tampoco está nada mal.

Todos los años te cae el mismo pijama de dibujitos horrible y las zapatillas de casa a juego y no hay ni uno que no pongas la misma cara de mierda. Se acabó. Tu familia te hace regalos con toda la ilusión del mundo y ya es un bajonazo no acertar como para que también tengan que aguantar tus caras de asco. ¿Acaso alguien te dice algo a ti de tus creaciones culinarias? No, porque es tu familia y su deber es comer y callar.

Tu abuela te dirá que estás en los huesos, tus padres te regañaran por no llamar nunca, tu tía porque no te ve el pelo, tu cuñado hará chistes del tema y tu suegra, bueno, tu suegra seguirá en su línea habitual. Inspira, expira. OMMM. Encuentra el equilibrio para no soltarle una hostia a alguien al son de las campanadas. Va a ser duro y vas a tener que armarte de paciencia, no te lo negamos. Pero sólo son unos días al año y para eso tienes el resto, para seguir haciendo lo que te salga del santo polvorón.