Hoy es 9 de marzo y todavía estamos en la resaca de un 8M con manifestaciones masivas de mujeres que marchábamos para que se respete nuestro cuerpo. Pero la lucha nunca es suficiente. En solo unos días, una petición online ya acumula 350.000 firmas para exigir a Pornhub que elimine de su plataforma vídeos de violaciones y de relaciones grabadas sin el consentimiento de la mujer. Más agresión, más evidencia de que el cuerpo de las mujeres, para algunos, no es más que una mercancía excitante.
La página porno más visitada del mundo, propiedad de Mindgeek, asegura que hace todo lo que puede para tratar de borrar el material que no cumple con la legalidad como este tipo de violaciones y vídeos en los que aparecen menores de edad, pero la realidad es que con 6 millones de nuevos títulos al año y más de 42.000 millones de visualizaciones, lo que pasa dentro de Pornhub es la anarquía más absoluta. Laila Mickelwait, cofundadora de la organización Exodus Cry que ha lanzado la petición, recuerda en The Guardian que Pornhub es una organización que genera millones de euros cada año gracias a la publicidad y que, por lo tanto, se está lucrando con vídeos de escenas que son, simple y llanamente, delitos.
Exodus Cry ha abierto un melón que es una auténtica bomba de relojería. Es incontable la cantidad de mujeres que han descubierto que aparecen en vídeos porno sin ni siquiera ser conscientes de que habían sido grabadas. Además, los vídeos porno se publican en muchas plataformas diferentes, por lo que es muy difícil rastrear su origen. Rose Kalemba, una estadounidense de 25 años que acaba de salir en un reportaje de la BBC, lleva más de un año denunciando en su blog lo difícil que fue para ella conseguir que la plataforma borre un vídeo donde la están violando y no, no es teatro. Durante este proceso, decenas de personas se pusieron en contacto con ella para contarle que se encontraban en la misma situación.
Como a muchísimas víctimas de violación, a Rose nadie de su entorno la creyó hasta que pudo demostrarle a su familia que miles de personas habían visto el vídeo en internet. Todo ocurrió en 2009, cuando ella tenía 14 años y empezó a tener la costumbre de salir a dar un paseo antes de dormir para calmarse y descansar mejor. Una de esas noches, un hombre la obligó a entrar en su coche con un cuchillo y se la llevó. La violaron durante 12 horas.
Los primeros en descubrir los vídeos en Pornhub fueron sus compañeros de colegio y lo compartieron en MySpace, etiquetándola. Los títulos de los vídeos eran "adolescente llorando y abofeteada", "adolescente destruida", "adolescente desmayada". Uno sumaba, ya en ese momento, más de 400K vistas. Envió decenas de mails a la empresa, según cuenta a la BBC, incluso diciendo que era menor, para pedir que eliminaran los vídeos y nunca recibió respuesta.
El silencio y los laberintos judiciales son la realidad de todas las mujeres que intentan borrar su huella digital del mundo del porno. Además, de sufrir una agresión, tienen que enfrentarse a que sus imágenes sean compartidas y vistas por miles incluso millones de personas en más páginas de las que ellas mismas pueden llegar a controlar. Vídeos de violaciones y sexo violento suelen estar entre el top 10 de los más vistos. Según Pornhub, tienen procedimientos robustos para borrar el contenido ilegal de su web. Ahora solo falta que los usen.