En la época que va desde la primavera al otoño, cuando la calidez del sol comienza a inundar poco a poco los días, los gatos se vuelven mucho más fértiles que de costumbre y las calles se llenan de pequeñas criaturitas felinas tan preciosas como vulnerables. Y cada año más. Tal como explican desde Grist, “algunos expertos creen que los efectos del cambio climático, como inviernos más suaves y un comienzo más temprano de la primavera, pueden ser los culpables del incremento en las tasas de natalidad felina”. Sea como sea, y se escondan las razones que se escondan tras este fenómeno, derivan en una problemática animal que lxs especialistas tildan de verdadera tragedia natural.
En primer lugar para los propios gatitos. Según cuentan desde dicho medio, en contacto directo con varios refugios de animales, resulta cada año más complicado salir fuera a intentar encontrarlos a todos para darles apoyo y que salgan adelante. En palabras de Ann Dunn, directora del Oakland Animal Services, un refugio que opera en la Bahía de San Francisco, “el nivel de emociones durante meses es muy agotador y cada año sabemos que será más difícil: ¿cómo vamos a abordar todas estas pequeñas vidas que necesitan nuestra ayuda si ya estamos dando todo lo que tenemos?”. Una realidad que comparten refugios de todo el mundo. La temporada de gatitos se está volviendo crítica.
Problemas derivados
No solo para estos animales: también para aquellos con los que comparten hábitats. A fin de cuentas, “los gatos son depredadores superiores que pueden causar estragos en la biodiversidad local”. En concreto, y según un estudio reciente, solo en Estados Unidos los gatos matan año tras año entre 1.400 y 3.700 millones de aves y entre 6.900 y 20.700 millones de mamíferos. De hecho, en algunas islas ya han contribuido de manera decisiva a la extinción de más de treinta especies animales. Es como si de repente contribuyésemos a un boom poblacional de leones en la sábana africana: arrasarían con buena parte de los herbívoros allí presentes. Una catástrofe ecológica de las buenas.
¿La solución? Ni lxs expertxs ni las autoridades públicas se ponen de acuerdo. “Si bien algunos conservacionistas proponen la matanza selectiva de gatos, se ha observado que estos se recuperan rápidamente y que una sola gata y su descendencia pueden producir al menos 100 descendientes, si no miles, en solo siete años”. Es un sacrificio inútil. La alternativa es la esterilización: atraparlos, castrarlos y soltarlos al mundo de nuevo. Pero hay tantísimos gatos y son tan buenos huyendo que resulta utópico pensar que podamos esterilizar a un número tan alto de ellos como para cambiar las cosas. De momento, la temporada de calor seguirá siendo un drama para millones de animales.