Gestos por los que puedes caer mal sin darte cuenta

Tu lenguaje corporal dice muchísimo más que tus palabras y discursos

¿Sueles rayarte mucho pensando en qué dirás en ciertas situaciones sociales? ¿Te preocupa no sonar lo suficientemente inteligente, graciosx o cool? No deberías darle tantas vueltas. En 1967, hace ya más de medio siglo, el psicólogo y antropólogo iraní Albert Mehrabian expuso por primera vez su llamada regla 7-38-55, la cual dice que solo el 7% de la comunicación humana ocurre a través de las palabras, el 38% a partir del tono de voz y el 55% a través del lenguaje corporal. Lo más importante no está en lo que dices. Está en todo lo que lo rodea. De ahí que algunos de tus gestos corporales puedan hacer que le caigas fatal a la gente incluso si lo que dices está bien.

Como una cara en reposo que aparente enfado. En palabras del también psicólogo Ronald E. Riggio, “algunos de nosotros tenemos rostros en reposo que parecen más positivos y felices: comisuras de la boca ligeramente levantadas, ojos brillantes y felices. Otros tienen un rostro tranquilo que puede parecer serio e incluso enfadado: comisuras de la boca hacia abajo y ojos entrecerrados”. Evidentemente, parte de la sensación de enojo que puedas transmitir depende de ciertos rasgos faciales que no puedes cambiar. No obstante, y si quieres ligar mientras vas en el metro o causar una mejor impresión, puedes tratar de mantener la sonrisa más conscientemente.

Tu nerviosismo habla por sí solo

Y luego están todos esos gestos que delatan tu nerviosismo. Según el propio Riggio, “nuestras primeras investigaciones sobre las primeras impresiones observaron que las personas utilizan señales estereotipadas asociadas con percepciones de nerviosismo como frotarse la cara, frotarse las manos o realizar movimientos oculares rápidos”. Y si estás nerviosx estás nerviosx. Punto. El problema es cuando tienes el hábito de realizar alguna de estas señales por mero hábito. En casos así, estarás proyectando un nerviosismo inexistente, un nerviosismo que obviamente no despierta mucha atracción en la mayoría de personas. Trata de ser más consciente de tu cuerpo.

Y trata además de encontrar el equilibrio gestual entre el control excesivo y el desenfreno más loco. Porque, cuenta este psicólogo, tanto un lenguaje corporal muy robótico como un lenguaje verbal demasiado frenético causan mala impresión. El primero genera sensación de falta de chispa. El segundo de falta de sensatez. Puedes descubrir en qué punto estás preguntando a tu gente de confianza. Esa que sabes que te dirá la verdad pase lo que pase. O también puedes analizarte en alguno de esos vídeos que suelen grabarse y mandarse a los grupos durante las quedadas de colegas. Te ayudará a entender un poquito mejor como te ven lxs demás más allá de tus palabras.