Las amistades duran cada vez menos, según una terapeuta

El conflicto es parte de las relaciones. O lo asumes o te resignas a la fast friendship

Fast food. Fast fashion. Y fast friendship. Parece que ni las propias relaciones humanas se salvan de la obsolescencia programada: según dice la psicoterapeuta Jennifer Gerlach, las amistades son cada vez más cortas. Quizás porque, como ocurre con las relaciones románticas, hay a tu disposición muchas más potenciales amistades y terminas saltando de una en otra con mayor promiscuidad. Quizás porque hoy la gente a tu alrededor suele moverse mucho geográficamente. O quizás simplemente porque has perdido la capacidad de comprometerte con alguien y dedicar esfuerzos a cultivar el vínculo que os une. Cada vez queremos las cosas más fáciles. Más light. Menos demandantes.

La hipótesis de Gerlach va precisamente en la línea de esta última posibilidad. En sus propias palabras, “hoy en día hay mucha menos tolerancia al conflicto: somos más rápidos en bloquearnos unos a otros o etiquetarnos unos a otros como tóxicos incluso cuando la amistad podría ser valiosa para nosotros”. ¿Y dónde queda la paciencia? ¿El perdón? ¿El aprendizaje mutuo? ¿Dónde queda la motivación para no dar por perdidas las cosas y trabajar para arreglarlas? Está claro que algunas amistades son una mierda y conviene quitarlas del mapa, pero quizá nos estemos pasando de radicales y estemos prescindiendo de otras que merecen la pena simplemente por pereza.

Amigos que nos ayudan a crecer

“En las amistades nos conectamos, tenemos momentos de conflicto y luego superamos ese conflicto a través de una reconexión. Cada vez más, las amistades terminan antes de que haya alguna posibilidad de reparación”, añade esta experta. Y es una pena. Porque la reparación no solo permite preservar una amistad valiosa sino que además “puede ayudarnos a aprender cosas sobre nosotros mismos que pueden ser difíciles de afrontar pero que mejoran nuestras vidas”. Tal vez hayas comprendido que sí, que a veces eres un poco egoísta o insensible, y que quieres cambiarlo. Las personas que amas son el espejo en el que ves reflejadas partes de ti a veces inéditas. Te ayudan a crecer.

¿Cómo proceder correctamente para reparar las amistades dañadas? Gerlach establece tres pasos fundamentales, el primero de los cuales es exponerle a tu amigx el problema que tienes. Porque hay veces en que la otra persona ni se entera. Luego, y en lugar de “despotricar sobre las formas en que te ha hecho daño, pídele directamente qué necesitas”. Muestra asertividad. Céntrate en lo constructivo. Por último, y tras la petición, muéstrale amor. Que entienda que si tienes esa conversación es precisamente porque le quieres. Si el sentimiento es mutuo, si no es gilipollas perdidx, colaborará y hará que la amistad se refuerce. Un antídoto contra las fast friendship sin significado.