Poner los cuernos en verano: ¿perdonarías el desliz?

La época festivalera y las vacaciones ponen en bandeja la tentación

Vale, todxs coincidimos en que poner los cuernos no está bien. Una pareja se basa en la confianza y si vuestra relación es monógama, pues como que está feo no respetar a tu compañerx siéndole infiel, ¿no? Ahora en serio, la infidelidad ha sido a lo largo de la historia una fuente de tormento para muchas personas. Descubrir que tu novix te ha puesto los cuernos puede ser muy doloroso. La imagen idílica que guardabas de esa persona se trunca en cuestión de segundos.

Pero a pesar de esto, es cierto que todxs podemos cometer algún desliz en nuestra vida. Cada infidelidad es diferente, y ponernos en modo moralistas quizá nos impide pensar este tema desde una forma diferente y más empática (quizá tú la has cagado o quizá algún amigo o amiga han sido infieles alguna vez, al fin y al cabo, si hay cornudos, habrá los que cometen el “crimen” también, ¿no?).

Pero ¿qué pasa si lo más temido pasa y tu pareja te llega diciéndote que la ha cagado y se ha liado con alguien en una tienda de campaña roñosa y calurosa? Hay varias opciones y todo dependerá de tus límites.

¿Cuáles son tus límites?

Lo primero a valorar cómo de grave te parece la situación. ¿Es lo mismo un beso robado en una fiesta de verano que una infidelidad en plena rutina? Un error se puede convertir en una anécdota, siempre y cuando ambxs estéis de acuerdo en que lo que pasa en el verano, se queda en el verano.

¿Qué significa para vosotrxs la fidelidad? Esta conversación puede ser crucial cuando estás en el inicio de tu relación o puedes renovarla si ahora tienes dudas sobre cuáles son vuestros límites. Para algunas personas, tontear por redes o darse un beso no es una infidelidad, mientras que para otras ya es falta grave. Para que no haya confusiones, te recomendamos hablar sobre este tema con tu pareja.

En el calor del momento, un desliz puede parecer el fin del mundo. Pero si tomas un paso atrás y evalúas la relación en su totalidad quizá lo veas de otra forma. Si la relación es sólida y basada en el amor y el respeto mutuo, un desliz veraniego podría ser visto como una piedra en el camino, no como un muro infranqueable.