Tener una buena red de apoyo resulta determinante para tu bienestar emocional. Tu mente te pide conexiones humanas de calidad. Y si no las tiene se viene bastante abajo. Pero esa red puede contener muchos tipos de relaciones diferentes. La que tienes con tu hermanx, escriben en un artículo para Psychology Today las científicas Corinna Jenkins y Tanya Rouleau, posee tres características únicas que “crean una libertad y una familiaridad distintivas que permiten aprender importantes habilidades de relación: el contacto cotidiano, la intensidad emocional y la naturaleza involuntaria de la relación”. Son las responsables de que vuestra relación sea tan sumamente especial.
La primera característica, el contacto cotidiano, tiene un valor clave durante la infancia y la adolescencia. Al fin y al cabo, ese contacto diario e inevitable os lleva a vivir muchas experiencias juntxs, a aprender muchísimo de la otra persona, a gestionar mejor vuestros conflictos y a crear “una historia compartida que no necesariamente se experimenta en otras relaciones”. Es un vínculo muy profundo. Lógicamente, la calidad de ese vínculo también dependerá del temperamento y la personalidad de ambxs personas. No obstante, las relaciones fraternales en las que las dos partes se quieren mucho y se cuidan son relaciones eternas. Es una suerte tener a alguien así.
La segunda, la intensidad emocional, se da tanto para bien como para mal. Como decíamos en las buenas relaciones fraternales “los hermanos pueden ser fuentes importantes de apoyo, amor y compañía a lo largo de la vida” y las únicas del mundo que sientan con el mismo dolor que tú las tragedias que puedan afectar a tus padres. Estáis unidos por ese cordón invisible. Si además el carácter de ambxs es muy compatible, puede darse “que los mejores momentos de felicidad y risas de una persona se compartan con los hermanos”. En el caso de malas relaciones de hermanos, la intensidad emocional se transforma en una tensión y en una ira muy potente.
Pero aquí es donde entra la tercera característica de estas relaciones. Si un vínculo amistoso o romántico no funciona bien sueles mandarlo a la mierda más pronto que tarde. Con lxs hermanxs es diferente. La sensación de que sois alguien especial para la otra persona, incluso si no os lleváis bien en un momento dado, provoca que sea muy difícil romper esta relación definitivamente. El drama debe ser superlativo para que esto ocurra. En este sentido, esta naturaleza involuntaria de la relación consigue que muchas relaciones de hermanxs se solucionen en los años venideros, lo que además os proporciona habilidades de negociación, de perdón y de adaptación. ¿Cuánto tiempo hace que no le dices que le quieres?