Consejos para tener sexo en la oficina: solo si estáis dispuestos a jugárosla

Localizaciones. Cámaras de seguridad. Ropa fácil de quitar y poner. Posturas humildes. Fluidos. Todo lo que tienes que saber

No seré yo quien te anime a meterte en el cuarto de baño de tu oficina a lamer y dejarte lamer por unx compañerx de trabajo. Los riesgos son obvios. Te estarías jugando tu reputación e incluso tu puesto en según qué empresa. No obstante, estaría mintiéndote si no te dijera que da un morbo que flipa. Precisamente por lo tabú y peligroso que resulta. Lxs dos ahí a escondidas, follando mientras fuera lxs demás trabajan como si nada, ajenos a vuestro placer. ¿Tienes claro que caerá en algún momento de tu vida? Entonces te vendría bien conocer al menos las seis claves que proporcionan los autores anónimos Mats y Enzo en su guía práctica Cómo tener sexo en el trabajo.

La primera de ellas consiste en preparar el terreno. Como explican desde Men’s Health, medio que se hace eco del ensayo, es muy importante “neutralizar todos los posibles peligros de ser pillados a los que os podéis enfrentar: hay que localizar todas las cámaras de seguridad, averiguar las horas a las que pasa el repartidor del correo, saber a qué hora suele venir ese compañero tan majo a decirte si quieres un café...”. Una vez controlado todo esto, y esta es la segunda clave de Mats y Enzo, deberías llevar ropa que sea fácil de quitar y de poner. Nada de botones ni de pantalones ajustadísimos. Mejor prendas con cremalleras o con velcro. Y chándales y faldas.

¿Ya estáis en el meollo?

Pues ahí los expertos lo tienen muy claro: “no seáis demasiado creativos ni arriesgados a la hora de elegir las posturas”. Priorizad las fáciles y poco ruidosas. Esas con las que todo fluye de maravilla. Un semiperrito. Una cabalgada. Ya sabes. No queréis hacer piruetas, caeros y montar un pitote. Ah, y por favor, prestad mucha atención a la ropa una vez hayáis acabado. Sobre todo si la gente ya se huele que hay algo entre vosotrxs y está la sospecha en el aire. ¿Lxs dos desaparecidxs al mismo tiempo y volvéis con la camiseta del revés y los pelos como una rata almizclera? Ni tus compañerxs ni tus jefxs son tontxs. Estáis diciéndolo a gritos.

Pero cuidado porque la ropa y el pelo no son las únicas cosas que deben volver a la normalidad. Según escriben en el citado medio, “tras el acto, dedicad unos minutos a revisar que no han quedado restos delatores ni de fluidos por encima de las mesas ni sobre vuestros propios cuerpos o ropa”. Que no os pase un Algo pasa con Mary. Por último, Mats y Enzo te aconsejan echarle valor y, en caso de que os pillen, “reconocedlo con dignidad y no intentéis colar una excusa patética”. Quizás con honestidad podáis salvar la situación y no acabar en el paro al día siguiente.