El morbo del sexo oral está a otro nivel. Ofrece imágenes muy sabrosas tanto para quien lo recibe como para quien lo realiza. Pero no es solo una cuestión mental: el hecho de que los esfuerzos estén tan meticulosamente centrados en partes claves del placer como son el clítoris y el glande, así como la mediación de la saliva, hacen de esta práctica una fuente de deleite única. Y lo sabes muy bien. Cuanto te lo hacen con calidad, en el momento en el que alguien tiene a bien bajar ahí abajo y ponerle todo el amor del mundo a su lengua, el mundo se detiene. Sin embargo, esa no es la cúspide del goce: un caramelo muy específico tiene el potencial de multiplicarlo.
En concreto, y como explica la periodista Pepa López en un artículo para Trendencias, se trata del caramelo Halls de menta extrafuerte que puedes encontrar en las farmacias. El del envoltorio negro. Y probablemente ya imagines por donde van los tiros: “su claim oficial es para aliviar la tos y el dolor de garganta, pero nosotras le vamos a dar un uso mucho más memorable: este caramelo de menta es tan fuerte e intenso que crea un efecto frío en la boca y un contraste muy rico al lamer el pene o el coño, mejorando las sensaciones y la sensibilidad para llevar el sexo oral al siguiente nivel”. Es algo que no puedes entender del todo hasta que disfrutas de ello.
Y lo bueno es que con este truco ganan ambas personas. Evidentemente, quien se pondrá más contenta es la persona que recibe el sexo oral, ya que el frescor de la boca de la persona hacedora le generará feelings completamente nuevos. Además, y como apunta la propia López, este caramelo también incrementa la salivación, lo que añade más humedad a la ecuación y, en consecuencia, potencia el placer. Pero quien se come el caramelo también consigue sus beneficios. A fin de cuentas, ese frescor resulta muy agradable y ejerce un claro efecto saborizante al cunnilingus o a la mamada. Vaya, que haríais bien en tener un paquetito de estos Halls en la mesita de noche.
Además, no son solo las cuestiones químicas: también puedes jugar con el propio caramelo para que roce y acaricie el glande o el clítoris de la otra persona. Eso sí, y aunque algunas personas lo hayan probado con éxito y les mole, recuerda que cada persona es totalmente única y tiene sus propias preferencias tanto físicas como psicológicas. Por mucha ilusión que te haga poner en práctica este truquillo, no presiones a nadie y acepta un no si llega un no. Al final, y más allá de técnicas y piruetas, lo más morboso y disfrutón del sexo es la comodidad y el deseo real. Es ahí donde el placer alcanza cotas inimaginables.