Solxs o acompañadxs. Durante los primeros minutos del día o justo al acostarse para dormir. Con intensidad y rapidez o con mucha calma. De pie o tumbadxs. Concentrándose en las sensaciones físicas o creando una muy morbosa historia sexual en la cabeza. La búsqueda del orgasmo se presenta de muchas maneras pero se presenta. Al fin y al cabo, es una de las mejores sensaciones que puedes experimentar en la vida. Una marea de tensión explosiva. Una especie de cortocircuito liberador. Una combustión mágica que primero te aporta placer y segundos después te relaja y pone de mejor humor. La pregunta es: ¿qué ocurre verdaderamente en tu cuerpo mientras se produce esa implosión?
”Fisiológicamente, un orgasmo es una respuesta refleja que involucra la contracción de varios músculos, incluidos los músculos del útero, del suelo pélvico y del esfínter anal, entre otros. El propósito de estas contracciones es expulsar el semen en los hombres y aumentar la probabilidad de fertilización en las hembras”, explica la célebre sexóloga australiana Chantelle Otten en una publicación para el medio Poosh. Por eso en ese preciso instante en que te corres tienes la sensación de que todo tu organismo se agarrota temporalmente. Estás rígidx. Tensx. Por supuesto, “estas contracciones musculares van acompañadas de una sensación subjetiva de placer que se percibe en el cerebro”.
Pero esta sensación, por muy mágica y maravillosa que sea, tiene también una explicación fisiológica. Concretamente el hecho de que tanto en el trascurso del sexo como durante el orgasmo tu cuerpo libera cantidades ingentes del neurotransmisor conocido como dopamina, el cual es capaz de activar los centros de placer de tu cerebro. Aunque no está solo. En palabras de la propia Otten, “a medida que continúa la actividad sexual el organismo libera otras sustancias químicas como la oxitocina, la endorfina o la prolactina”, cada una de las cuales produce un efecto diferente en tu mente y en consecuencia en tus percepciones, en tus sentimientos y en tus comportamientos.
La oxitocina, por ejemplo, te predispone a una mayor conexión emocional con la otra persona. La endorfina, por su parte, “es un analgésico natural responsable de la sensación de euforia que a menudo se asocia con un orgasmo”. Y la prolactina, por último, es una hormona involucrada en el periodo refractario, es decir, en el tiempo que te lleva recuperarte del orgasmo y estar listx para más batalla. Además, tienes que tener en cuenta que, si tienes clítoris, también experimentas una contracción del mismo durante el orgasmo debido al hecho de que este se llena de sangre durante la excitación sexual. Eso sí: saberlo no te proporcionará más placer. Los orgasmos simplemente se viven.