¿Perfil autoexigente máximo? Entonces es muy probable que tiendas a mantenerte muy hiperconsciente durante tus encuentros sexuales. La ansiedad por desempeño te atrapa: ¿lo estoy haciendo todo lo bien que puedo? ¿Estará disfrutando o estará experimentando decepción? ¿Mis nalgas son lo suficientemente atractivas? ¿Da la talla mi pene? Un poco de autoanálisis es humano e inevitable, pero cuando la obsesión por cumplir expectativas te impide fundirte con las sensaciones del presente y disfrutar de verdad tienes un pequeño problema. Especialmente porque, según cuenta la doctora Peggy Kleinplatz, mantenerte presente es una de las ocho piezas claves del sexo inolvidable.
La segunda tiene también mucho que ver con todo esto que hemos estado hablando: la conexión emocional y física con la otra persona. Sí, tú estás muy preocupadx por ofrecerle una experiencia sexual grandiosa y, al hacerlo, estás levantando muros entre tú y tu pareja sexual, lo que irónicamente te aleja de tu objetivo. La tercera pieza, de una importancia brutal, es la intimidad sexual. Y no la confundas con una buena técnica a la hora de besar o de masturbar. Esto va más de cómo vuestras maneras de encarar el sexo coinciden o no. De cómo os acopláis en la cama. De cómo entráis en la misma dimensión íntima o permanecéis cada unx en la suya. Y ojo: esto puede trabajarse con paciencia.
La cuarta, y una vez más está muy vinculada a las anteriores, como no podía ser de otra manera en una experiencia, la sexual, holística, es una buena comunicación y un alto nivel de empatía. Sin eso no hay gloria. No te tragues las movies de la industria del porno de entro aquí, follo a mi manera y hasta luego. El sexo bueno de verdad requiere percibir a la otra persona como un ser humano y no como un objeto. Eso sí: sin caer tampoco en el extremo opuesto de andar casi pidiendo perdón. En palabras de Keinplatz, el sexo inolvidable debe tener “autenticidad, transparencia y falta de inhibición”. Todxs disfrutamos más cuando tenemos sexo con alguien sin miedo a mostrar su verdadero yo.
De ahí el sexto ingrediente clave: la exploración y la aceptación de riesgos. No, no tienes que hacer nada que no te apetezca, pero si hay algo que te llama la atención y no lo haces por vagancia o por exceso de precaución te estarás privando de unas buenas aventuras. Da el salto. Eso se transmite y mola bastante. Por último, y siempre según esta experta, están la vulnerabilidad y la trascendencia. La primera requiere que no andes escondiéndote y te expongas con todas las consecuencias. Sin vergüenzas. Sin miedos. La segunda requiere entender lo hermoso de la experiencia sexual. Otra cosa que se transmite en el ambiente. Olvídate de tamaños y tiempos. El sexo grandioso está en las mentes.