Uno de los distintivos de la cultura japonesa es la buena educación y la cortesía que caracteriza su sociedad. Es uno de los rasgos distintivos de la cultura nipona, pero que ahora, está en peligro por el impacto del turismo de masas. La realidad es que este año en Instagram parecía que estuvieran regalando billetes para ir a Tokio porque media España estaba ahí.
Ahora bien, la marabunta de turistas está alterando las normas sociales y la convivencia pacífica que tradicionalmente han caracterizado a la sociedad nipona.
“Últimamente, hay más visitantes que aterrizan a ciegas, sin ningún conocimiento previo de la cultura”, lamenta Enrique Medina a El País, un fotógrafo y guía turístico español que acompaña a grupos por Japón. Medina señala que antes los turistas llegaban con una comprensión más profunda y respetuosa de las costumbres locales, como era el caso de los viajeros que llegaban en abril para disfrutar de la floración de los cerezos.
Sin embargo, ahora, la consigna parece haber cambiado hacia “menos templos y más compras; menos sushi y más comida rápida”, un cambio influenciado en parte por la reciente devaluación del yen, que ha incentivado que más gente viaje a Japón.
Esta tendencia también se puede ver en TikTok donde decenas de influencers explican su viaje a Japón a base de vídeos donde muestran la comida o los productos de belleza que se han comprado.
Impacto en las tradiciones locales
Esta transformación ha tenido un impacto palpable en la vida cotidiana como, por ejemplo, en los vagones de tren. Allí, los turistas han comenzado a invadir el ambiente con gritos y conversaciones a alta voz. Esto ha llevado a que muchos japoneses, educados para evitar confrontaciones, opten por cambiar de vagón en lugar de enfrentarse a los nuevos disturbios.
Para mitigar estos problemas, las compañías de metro han lanzado campañas educativas. Un cartel de Toei Transportation muestra animales en un vagón de tren, con un zorro intentando leer mientras una osa polar consuela a su cachorro asustado, entre otros. La imagen, que hace referencia a los Tres Monos Sabios, busca recordar a los viajeros la importancia de pensar en los demás y mantener la armonía. La portavoz de la compañía explicó que estos esfuerzos buscan “ofrecer comodidad a los pasajeros y crear armonía”.
El impacto del turismo masivo también se manifiesta en lugares históricos como Kioto, donde la saturación de turistas en el barrio de Gion ha llevado a un fenómeno llamado “geisha-paparazzi”. Los visitantes, armados con cámaras, han acosado a las geishas y maikos (aprendices de geishas) en busca de fotografías, lo que llevó al gobierno local a implementar medidas como la prohibición de tomar fotos y multas de 60 euros por infracción.
En un intento por abordar los excesos del turismo, se instalaron el pasado mes de mayo enormes lonas negras en la localidad de Kawaguchiko para bloquear las vistas del monte Fuji, en un esfuerzo por desanimar a los turistas que interrumpían el tráfico para obtener una foto viral. Sin embargo, tras una alerta de tifón, la lona fue retirada y el alcalde de Kawaguchi comentó que los turistas se han dado cuenta de que tales medidas son innecesarias si observan las buenas maneras, aunque algunos medios informaron que los turistas encontraron otros lugares para sus fotografías.