La modelo y exactriz porno Mia Khalifa ha estallado en las redes sociales después de que miles de usuarios inundaron su perfil en redes con imágenes sobre su pasado en películas porno. Hecho que enfureció a los seguidores de la estrella de OnlyFans y a la misma actriz, que respondió con un tuit muy contundente: “Sólo porque me chupaste las tetas no me convierte en tu madre”.
Todo este “hate” que recibió la libanesa fue por las muestras de cariño y apoyo en las redes con la cantante Karol G, después de que Khalifa cumpliera su sueño de conocer a la artista colombiana.
Paralelamente, Mia Khalifa publicó en su cuenta de Instagram unas fotografías con un cuadro de Picasso que justo acababa de adquirir: un retrato de Dora Maar hecho por el pintor el año 1942. Por aquel entonces, Dora Maar, de 35 años, era la pareja de Picasso, de 61 años.
En el post de Instagram, la ex-actriz porno se abría de par en par: “Me enorgullece que me recuerden todos los días, que no importan cuánto sufrimiento uno haya soportado y no importa cuán permanente pueda parecer, ya sea en forma de cicatrices o una pintura icónica cuyo creador está en un pedestal (y soy culpable de construir ese pedestal), somos más grandes que nuestras tribulaciones y no seremos definidos por ellas ni por los hombres que tanto dolor infligieron”.
La relación entre el cuadro y la violencia machista
En el post, Khalifa compara el dolor del presente por los ataques machistas que la juzgan por su pasado (la mayoría de los cuales eran propiciados por perfiles de hombres) con el de Dora Maar. La fotógrafa fue una de las muchas compañeras que tuvo Picasso a lo largo de su vida, y por desgracia, fue una de las muchas parejas que sufrió violencia machista por parte del pintor.
Se ha hablado reiteradas veces de como Picasso se caracterizó por ser un maltratador psicológico de primera, no solo con las mujeres con las que tenía relación, sino también con hombres. En el caso de Dora Maar se explica que un día de 1938 llegó al taller del pintor Víctor Brauner con un ojo morado. La explicación que dio ella fue que se había peleado con su padre, aunque en aquella época era difícil que su padre fuera el autor del golpe. Según señala un artículo publicado en El País, la agresión es perfectamente atribuible a Picasso.