¿Las operaciones estéticas están haciendo uniformes las caras?

¿Vamos a terminar todxs con la misma cara?

La escena es la siguiente: tenemos a Jennifer López (55 años) al lado de Georgina Rodríguez (30 años). Sus facciones son diferentes, pero en el fondo guardan cierta similitud. Labios voluptuosos, nariz pequeña, pómulos levantados y ojos rasgados. Una estructura facial que no difiere tanto de la de muchas famosas que deciden pasar por el quirófano para hacerse algún procedimiento estético. Nadie niega su belleza, pero lxs retoques faciales son evidentes.

Cada persona puede hacer lo que quiera con su cuerpo, pero sigue siendo sorprendente como cada vez más se ha extendido un prototipo de belleza muy específico entre las famosas y, sobre todo, cómo parece que envejecer va a ser cada vez más diferente para ellas que para el resto de mortales.

¿Esperas verte igual que Jennifer López cuando tengas 55 años? No sabemos cómo habrá evolucionado la industria estética, pero no tener ni una arruga en la frente no es lo común, tampoco nos han programado el cuerpo para que evolucione así. Tener arrugas o canas es lo más normal del mundo. Pero cada vez más parece que hay una distancia insalvable entre las caras de las famosas que van envejeciendo (llegando incluso a los 60 con la piel tersa e impecable) y nosotras.

¿El resultado? Más demandas de operaciones estéticas y más frustración por no vernos como ellas. También menos diversidad de rostros.

Uniformización de las caras

En 2019, Jia Tolentino acuñó el término “Instagram Face” para describir un rostro “cyborg” que muchas mujeres (jóvenes y no tan jóvenes) aspiran a replicar. Esta estética incluye piel sin poros, pómulos prominentes, ojos almendrados y labios voluminosos.

Según la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos Estéticos (BAAPS, en inglés), el 93 % de los procedimientos estéticos realizados en 2023 fueron solicitados por mujeres. Aunque las cirugías más comunes se centran en el cuerpo, procedimientos faciales como la blefaroplastia y el bótox están en auge.

Sin embargo, el problema no es solo qué se está haciendo, sino por qué. Cada vez más, lxs pacientes llegan a las clínicas con imágenes de su versión filtrada, deseando replicar esa apariencia en la vida real.

Y más allá de que preocupa que la edad de la primera operación estética parece adelantarse cada vez más, y que a nuestro alcance de la mano tenemos más y más procedimientos, también así se refleja que las operaciones estéticas buscan unificar las caras y borrar cualquier paso del tiempo.

Lo decía un anuncio de una importante marca de compresas, hay personas que han pasado por un cáncer y a las que las marcas del paso del año son señales de felicidad, de que siguen vivas. Otras famosas, que no se han hecho ningún tratamiento estético, reivindican en su mirada y en las múltiples emociones que pueden representar que envejecer también suma, así sea sin un bisturí.