Hay una enorme variedad de modalidades deportivas con las que puedes entrenar tu capacidad cardiovascular, quemar calorías y fortalecer tus músculos. Sin embargo, y por lo general, la gente suele centrarse mucho en dos alternativas: la caminata lxs más perezosxs y el running lxs más motivadxs. Un poquito de aire libre, un poquito de movimiento y la sensación de estar cuidando de tu cuerpo. No obstante, y como dicen desde Vitónica, medio especializado en entrenamiento físico, existe una tercera alternativa que prácticamente nadie tiene en cuenta pero que resulta mucho más recomendable que estos dos clásicos: se trata del rucking y con ella se preparan los marines estadounidenses.
En concreto, el rucking consiste en “realizar caminatas a paso ligero con una mochila pesada en la espalda”. Lo más habitual es cargarla con pesos que representen entre el 20 y el 30% de tu peso corporal, por lo que si, por ejemplo, pesas 60 kilos, deberías llevar en tu mochila al menos entre 12 y 18 kilos extras. Eso sí: lxs expertxs aconsejan comenzar con cargas muy ligeras de entre el 5 y el 10% de tu peso total con el objetivo de ir acostumbrando tus músculos y evitar lesiones de espalda o de otras regiones implicadas de tu cuerpo. Más adelante, conforme te vayas notando sobrado, puedes ir subiéndole la intensidad progresivamente. Puedes utilizar piedras, pesas o discos de gimnasio.
¿Pero cuáles son exactamente sus ventajas? En comparación con la caminata está claro: es mucho más exigente. Andar, a menos que recorras muchos kilómetros, lo hagas a una intensidad loca o lo hagas en terrenos con mucho desnivel, no suele demandar mucho esfuerzo por parte de tus músculos y de tu sistema cardiovascular. Es un ejercicio suave. Precisamente por este motivo tampoco quema demasiadas calorías, con lo cual no tiene el impacto que desearías en tu peso. Por el contrario, el rucking te revienta bastante más, especialmente cuando alcanzas un nivel pro y vas con tu mochilita bien cargada por el parque. Según el citado medio, “es una actividad efectiva para adelgazar”.
También lo es el running, claro. Pero este, al contrario de lo que suele pensarse, no es tan natural en los seres humanos: estamos hechos para realizar caminatas de larga duración pero no para realizar carreras de larga duración como un lobo. De ahí que tu cuerpo se resienta de tanto trote. En este sentido, “en comparación con correr, el rucking posee un bajo impacto a nivel articular, por lo que resulta una forma ideal de mejorar la capacidad cardiovascular, optimizar la capacidad aeróbica, quemar calorías, tonificar diferentes músculos del cuerpo y ganar fuerza” sin exponer a tu cuerpo a daños y lesiones. Y no pierdes nada por probarlo. Quizás te enganches.