Notas que no estás bien, la angustia te impide dormir y hay días que no sientes motivación para ir a trabajar. Crees que es hora de ir a terapia, pero no sabes cuándo empezará a surtir efecto. O llevas un par de meses yendo y los resultados no son los que esperabas. La terapia es un proceso complejo, que debe de ir acompañado de otros cambios y actitudes para mejorar, por lo que es muy complicado saber cuánto tarda en hacer efecto. Pero hay algunas guías.
Tal y como contó recientemente el digital La Mente es Maravillosa, los avances dependen del tipo de terapia, del terapeuta y también del estado y predisposición del paciente. No es lo mismo vivir un pico de estrés que tener una profunda depresión o un trastorno de personalidad.
Con todo y con eso, la Universidad de Zúrich ha destacado en un estudio que sería un avance para el campo de la salud mental mejorar la precisión de las sesiones necesitadas por un paciente. En Reino Unido, marcan el mínimo de sesiones entre 8 y 20.
La Asociación Estadounidense de Psicología publicó unas estadísticas que nos dejan un poco más clara la media de sesiones necesarias para avanzar: se necesitan entre 15 y 20 para que el 50% de pacientes avance de manera autónoma.
Otros factores que también influyen
Los trastornos de ansiedad y las fobias tienen avances más rápidos y pueden necesitar menos sesiones, mientras que el trastorno límite de personalidad o la depresión mayor pueden necesitar más. El compromiso y la resistencia de los pacientes es un factor que puede agilizar o retrasar el efecto de la terapia.
El tipo de terapia, desde la conductual hasta el psicoanálisis pasando por otro tipo de terapias, es también un factor para que los tiempos de efecto de la terapia varíen entre unos y otros.
Además, la conexión empática con el terapeuta es clave. En las primeras 3 o 5 sesiones, es posible que compruebes si tienes una conexión empática con el psicólogo o psicóloga. Si no conectas con él, es posible que la efectividad de la terapia sea menor y que sea preferible que cambies de terapeuta.
Así pues, aunque resulte difícil determinar el tiempo en el que debe hacer efecto una terapia, si no tienes una depresión o un trastorno de personalidad deberías poder seguir con autonomía a partir de las 15 o 20 sesiones y, si sientes que no hay conexión con el o la terapeuta, deberías probar otras vías. Ahora bien, tampoco esperes que el terapeuta sea tu alma gemela y atribuyas a la falta de conexión cualquier pequeña diferencia con el profesional.