Ningún ser humano había tenido antes a su disposición la cantidad de información que tienes tú hoy a través de internet. Es una locura. Algo cuya magnitud no terminas de comprender precisamente porque no te tocó vivir en una era en la que la información te caía a cuentagotas a lo largo de los años. Por supuesto, esto tiene infinidad de beneficios, pero también infinidad de inconvenientes, de los cuales uno de los más significativos es tu exposición a noticias falsas, bulos de redes sociales y, en definitiva, desinformación que afecta bastante a la manera en la que percibes el mundo y habitas en él. Por eso necesitas unos buenos escudos para protegerte: ignorancia crítica y humildad epistémica.
Así lo explican en The Conversation las investigadoras Inés Martínez y Blanca Puig, ambas de la Universidade de Santiago de Compostela. Por un lado tenemos la ignorancia crítica. En sus propias palabras, “este término hace referencia a la habilidad para gestionar la información a la que nos exponemos: no significa dejar de ser crítico, sino todo lo contrario, ya que conlleva identificar y desatender la información falsa o deliberadamente falsa sin necesidad de leer detenidamente su contenido, obviando lo irrelevante”. Ves una información publicada en cierto lugar, por cierta cuenta, con cierto titular o con ciertas fuentes y ya sabes perfectamente que no merece la pena perder tiempo con ella.
Y esto es importantísimo. En un mundo tan sobreinformado, con tantos estímulos por todos lados, desarrollar una habilidad que te permita ir a lo que de verdad tiene valor, que te ayude a descartar la morralla, puede marcar una gran diferencia en tu vida. Más tiempo. Más calidad de pensamiento. Más paz mental. Más armonía. Debes dejar de intentar abarcarlo todo. De ver todos los vídeos. De leer todos los artículos. Es hora de cribar. ¿Que puede que tu capacidad de ignorancia crítica falle alguna vez y te pierdas un buen contenido? Sí, nadie es perfecto. Pero andar por ahí tragándotelo todo es ya de por sí una batalla perdida. Merece la pena arriesgarse un poquito. Palabra de especialistas.
Y por otro lado está la humildad epistémica. Según estas dos expertas, se trata de la habilidad para “reconocer las limitaciones propias para analizar el contenido de una noticia”. Y esto no significa que debas dejar de leerlas. Pero saber que no tienes los conocimientos que se requieren para entender un artículo complejo sobre macroeconomía o sobre biología evolutiva puede ayudarte a ser más humilde a la hora de sacar conclusiones y evitar formarte opiniones aparentemente sólidas que en realidad son pura paja. Y también a buscar más info de calidad para comprenderlo bien. Esa profundidad es mucho más productiva que el consumo indiscriminado y superficial de información.