Ya no podrás ocultar que estás enfadado o triste: un estudio permitirá reconocer las emociones

La investigación publicada en la revista ‘Nature Neuroscience’ allana el camino para desarrollar estrategias terapéuticas nuevas y más efectivas

La mente es uno de los grandes misterios de la humanidad. Compleja y singular como tantas personas existen. Es de ella de donde nacen todas nuestras emociones, las que nos definen, incluso, las que intentamos ocultar a los demás, ¿cuántas veces hemos fingido que estamos bien cuando en realidad no? Ahora no podrás hacerlo, porque todos serán capaces de saber lo que sientes. El grupo de investigación Genética de la Cognición coordinado por Francesco Papaleo en el Instituto Italiano di Tecnologia (IIT-Instituto Italiano de Tecnología) ha descubierto una red cerebral presente en animales y humanos que permite reconocer las emociones de los demás.

El equipo de Papaleo ha reconocido un circuito cerebral implicado en estos procesos sociocognitivos que nunca antes había sido estudiado. Está formado por un grupo de células neuronales específicas que conectan dos áreas de este órgano, distantes entre sí: la corteza prefrontal y la retroesplenial. En humanos, la función de esta conexión se comprobó mediante un experimento en el que participaron más de 1.000 participantes voluntarios. Cada persona tenía que mirar una pantalla donde se proyectaban rostros con expresiones de enfado, alegría o neutrales. Durante la prueba, los investigadores registraron su actividad cerebral con técnicas de resonancia magnética para ver qué áreas del cerebro estaban activas. Los resultados confirmaron una correlación entre la actividad de estas dos áreas del circuito cerebral y lo que sentimos.

Reconocer y responder adecuadamente a las emociones expresadas por los demás es una habilidad fundamental de los animales, ya que mejora su capacidad para interactuar eficazmente con sus homólogos, aumentando así la probabilidad de supervivencia. A pesar de su importancia, los mecanismos cerebrales subyacentes a este proceso siguen siendo en gran medida desconocidos, incluso en humanos. “Los medicamentos actuales para el tratamiento de las enfermedades del neurodesarrollo no son selectivos y afectan a muchos tipos de neuronas sin distinción. La idea es desarrollar estrategias terapéuticas dirigidas a circuitos cerebrales específicos, para disminuir los efectos secundarios aumentando al mismo tiempo la eficacia del tratamiento”, señala Anna Monai, investigadora del laboratorio de Genética de la Cognición.

Estos hallazgos, publicados en la revista Nature Neuroscience , allanan el camino para desarrollar estrategias terapéuticas nuevas y más efectivas para afecciones del desarrollo neurológico, como la esquizofrenia o el autismo, en las que dichas funciones sociales están deterioradas. “Estamos entusiasmados con estos nuevos resultados porque profundizan nuestra comprensión de los circuitos cerebrales que codifican y, por tanto, nos hacen reaccionar a las emociones de los demás. Nos gustaría tener una visión más amplia de la forma en que funcionan estos mecanismos, particularmente cómo se alteran en los trastornos psiquiátricos y del neurodesarrollo”, explica Francesco Papaleo, coordinador del laboratorio de Genética de la Cognición del IIT.