La polémica en Estados Unidos por legalizar terapias con MDMA

Una empresa quiere aprobar la droga para el trastorno de estrés postraumático

El MDMA, una de las drogas sintéticas más conocidas, ha sido parte de un debate intenso estas últimas semanas en Estados Unidos. La empresa Lykos Therapeutics intenta obtener la aprobación para el uso médico de la droga por parte de la Administración Federal de Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), la agencia de control de medicamentos estadounidense. La compañía parece estar lejos de conseguir luz verde.

Lykos Therapeutics asegura que el MDMA, junto con una psicoterapia combinada, podría ayudar en los casos de trastorno del estrés postraumático (PSTD, en inglés). Sin embargo, el comité asesor de la FDA ha votado en contra de su aprobación y ha esgrimido argumentos de peso para defender su postura. Pero, ¿por qué el comité de asesores recomienda a la FDA que no lo apruebe?

Para empezar, han dicho que los ensayos no están bien hechos. Se supone que los participantes de los estudios no tienen que saber si están tomando el MDMA o un placebo, pero al parecer casi todos los que participaron podían adivinar cuál de los dos estaban consumiendo.

Tampoco se sabe si el MDMA dañaría el hígado o el sistema cardiovascular a largo plazo porque Lykos no ha reunido envidencia durante el tiempo suficiente para saberlo. Y la compañía no ha informado sobre el potencial adictivo de la droga, con efectos como la euforia, según ha contado el portal norteamericano Vox.

¿Una terapia que en realidad es una secta?

Según este medio de comunicación, a muchos expertos en ética y medicina les preocupa que la propuesta de Lykos pasa por combinar el MDMA con una terapia psicológica que algunos han tildado de “secta”. Y es que la compañía asegura que cada persona tiene una “inteligencia curativa interior, que es la capacidad innata de una persona para curar las heridas del trauma”.

Lo que preocupa es que mal utilizada, este tipo de terapia —que no tiene todavía evidencia científica— podría llegar a causar más estragos que beneficios. Porque si alguien está bajo los efectos del MDMA, su terapeuta quizá no es capaz de discernir lo que realmente quiere el paciente o no. Es decir, si por ejemplo, una persona recuerda bajo los efectos de la sustancia una situación traumática y empieza a agredir a su terapeuta, ¿cómo saber si se lo está pidiendo ese yo interior o es un ataque de pánico?

En una declaración enviada por correo electrónico al medio Vox, el portavoz de Lykos ha asegurado que las acusaciones de que son una secta “desacreditan el rigor científico y el enfoque basado en evidencia que se ha adoptado para desarrollar una nueva opción potencial para los millones de personas que sufren de trastorno de estrés postraumático”. Sin embargo, sus prácticas han motivado mucho recelo, y ahora deberán ser evaluadas por la FDA tras los comentarios del consejo asesor, aunque hay muchas posibilidades de que no tire adelante.